Yo tengo un sillón de Marruecos que extraña tu espalda, un falso Picasso que cubre el retrato en que estabas, catorce adoquínes que exigen tus huellas descalza, yo vivo del aire que expulsa el olor de tu blusa... Yo tengo temor a perderte y terror a que vuelvas; ¡no puedo vivir junto a ti y sin ti es imposible!; me muero por verte otra vez y me matas si vuelves; ¡que bueno sería despertar y que tú no existieras!.. Si tú no existieras; serían más cortos los días, no habría que revolcarse en esta historia inconclusa, que es una ruleta rusa con ganas de perder... Si tú no existieras; sería más fácil el aire, no habría que respirar todo el aroma que dejaste desde el día en que te marchaste; si tú no existieras... Tú tienes el don de lo extremo no hay cómo evitarlo; jamás fui infeliz y feliz como he sido contigo; tú tienes el don de lo absurdo y hay que soportarlo; ¡sería mejor desde luego que tú no existieras!... Si tú no existierias; serían más cortos los días, no habría que revolcarse en esta historia inconclusa, que es una ruleta rusa con ganas de perder... Si tú no existieras; sería más fácil el aire, no habría que respirar todo el aroma que dejaste desde el día en que te marchaste. Si tú no existieras...
Si para recobrar lo recobrado, fue necesario perder lo perdido. Si para conseguir lo conseguido, tuve que soportar lo soportado. Si para estar ahora enamorado, fue mi inhestar haber estado herido. Tengo por bien sufrido lo sufrido, tengo por bien llorado lo llorado. Porque después de todo he comprobado, que no se goza bien de lo gozado, sino después de haberlo padecido. Porque después de todo he comprendido, que lo que el árbol tiene de florido, vive de lo que tiene sepultado.
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